En el Día Nacional de la Biodiversidad, rendimos homenaje a la majestuosa selva amazónica, gran Maloca espiritual que contribuye al sostenimiento y equilibrio de la vida.

Para los pueblos indígenas de la Amazonía colombiana la diversidad biológica comprende todas las especies de la naturaleza, asociados a sus sistemas de conocimientos y de gobierno propios para el manejo, uso y administración del territorio. La variedad de fauna y flora con sus usos, cumple diversos beneficios y funciones; las aves e insectos, por ejemplo, ayudan a las plantas a producir sus frutos, mediante la polinización. Otras especies de aves, roedores y mamíferos dispersan las semillas por la selva y ejercen control poblacional en los ecosistemas; los microorganismos se encargan de descomponer la hojarasca y generan nutrientes y abonos para que se regenere la vida. Es de esta forma como el ecosistema actúa autorregulándose para mantener el equilibrio de la vida.  

Mediante los sistemas de Chagra, las prácticas agrícolas, artesanales y de medicina tradicional, los pueblos indígenas amazónicos producen los alimentos y los remedios para curar las enfermedades, proteger los territorios y mantener la armonía con la naturaleza teniendo como base sus plantas sagradas.

Este conocimiento se integra profundamente en la vida y la gestión sostenible de la biodiversidad, y a su vez se transmite de generación en generación a través de las narraciones orales, las prácticas tradicionales y los rituales, conllevando a una comprensión integral de los ciclos naturales y de la interconexión de todos los seres vivos: 

“La selva es la herencia y el patrimonio histórico –cultural que recibimos de nuestros ancestros. Los petroglifos dibujados en las rocas de la selva son el testimonio de nuestra genealogía, los documentos legales que nos convierten en propietarios de por vida, por el sistema de sucesión de tierras. La Selva Sagrada es nuestra Casa de Vida, nuestra gran Maloka espiritual”: Jikiti Buinaima (libro: “El espíritu de la selva”. Planeta, 1998).  

11 de septiembre: Día Nacional de la Biodiversidad

En ocasión al Día Nacional de la Biodiversidad, que se celebra en Colombia cada 11 de septiembre, queremos generar reflexiones sobre la importancia de la diversidad biológica y su conservación, pues los bosques naturales de los territorios amazónicos son fundamentales para la regulación del clima, provisión de materias primas, regulación de la calidad del aire, suministro y almacenamiento de agua dulce, entre muchos otros beneficios. Los ríos de la Amazonía colombiana también son vitales para la vida y la interconexión de los ciclos hídricos para la selva y otros territorios como Los Andes que se benefician de la humedad por medio de la evaporización, son la base del sustento humano y el desarrollo de la espiritualidad de nuestros pueblos; entre los principales se encuentra el Amazonas, el Putumayo, el Vaupés y el Cahuinarí, el Guainía, el Caquetá, el Apaporis y el Atabapo, cada uno con sus múltiples afluentes. 

Así mismo, en la Amazonía colombiana se registran más de nueve mil especies de flora, trescientas endémicas; 183 especies de anfibios, 184 de reptiles, casi 800 especies de aves y unas cien de algas y microalgas. Se estiman alrededor de unas 113 especies de mamíferos pequeños y más de 50 entre medianos y grandes, 753 de peces, entre otros (Sistema de Información de Biodiversidad- SiB). 

Pero, ¿por qué hasta ahora se le ha dado importancia a la diversidad biológica? 

“En la encrucijada del siglo XXI, la humanidad se enfrenta a un desafío sin precedentes, la convergencia de una intrincada triple crisis: el cambio climático, la pérdida acelerada de biodiversidad y la contaminación …” 

Lo anterior según el ABC del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal: agenda global, retos y oportunidades en Colombia (WWF Colombia, 2024), genera una profunda preocupación ya que la pérdida de la biodiversidad que sostiene la vida en nuestro planeta parece irremediable, y en gran medida se debe a factores como la deforestación de los bosques. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que unos 13 millones de hectáreas de bosques del mundo se pierden cada año debido a la deforestación causada, a su vez, entre otras causas, por la agricultura y la ganadería excesivas, la introducción de especies animales y vegetales exóticas invasoras, la infraestructura y la explotación minera y petrolera, incendios, contaminación y el cambio climático, lo cual genera efectos negativos sobre la diversidad biológica. 

Pero en medio de este trance desalentador, “los pueblos indígenas amazónicos con nuestra ciencia indígena y con nuestros sistemas de conocimiento hemos mantenido el equilibrio de la naturaleza y garantizamos la conservación de la selva y la biodiversidad; por tanto, es clave que las estrategias de conservación y las políticas orientadas a mitigar el cambio climático reconozcan y fortalezcan el papel de los pueblos indígenas, asegurando su participación activa y el respeto a sus derechos”, manifiesta Oswaldo Muca Castizo, coordinador general de la OPIAC. 

Rumbo a la COP 16

En este sentido, nuestra organización Opiac se prepara para participar en la COP16: “Paz con la Naturaleza”, que se realizará en Cali -Colombia a finales del próximo mes de octubre en donde el Gobierno nacional, en cabeza del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, asume el rol de anfitrión para promover y apoyar la implementación del Plan de Biodiversidad –Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal. 

Las COPs: Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica, se celebran cada dos años y reúnen gobiernos representantes de 196 países miembros del Convenio, diversas organizaciones de la sociedad civil y pueblos indígenas. Nuestra Organización Opiac, bajo el lema “Territorios amazónicos para la vida”, lidera la participación e incidencia de los pueblos indígenas amazónicos y del país en este importante escenario al que se llega con la apuesta de: 

1) promover la autonomía territorial y fortalecer los sistemas de gobierno de nuestros pueblos; 

2) valorizar nuestros sistemas de conocimiento para salvaguardar la vida y la biodiversidad; 

3) fomentar que nuestros pueblos vivan plenamente su territorialidad haciendo un uso y manejo integral del territorio;

4) demandar la ampliación y la titulación de trece (13) millones de hectáreas como resguardos teniendo en cuenta que los territorios que actualmente se encuentran titulados presentan mayores niveles de conservación de biodiversidad; y 

5) establecer lineamientos y mecanismos de cooperación y financiación directos hacia los pueblos indígenas que aseguren la pervivencia cultural de nuestros pueblos y la sostenibilidad ambiental de los territorios amazónicos.

OPIAC y el Plan Nacional de Biodiversidad

De esta forma hemos venido participando, entre muchas acciones preparatorias, en la actualización del Plan Nacional de Biodiversidad, que marcará medidas y estrategias para detener la pérdida de biodiversidad en el país, proceso que se da como respuesta a las metas trazadas en el Marco Global de Biodiversidad del Convenio de Diversidad Biológica, que define los objetivos del planeta a 2030 para luchar contra la deforestación, la sobreexplotación de especies y el cambio climático. 

En este sentido los pueblos indígenas de la Amazonía colombiana y el Gobierno nacional firmaron un Pacto por la conservación de la Biodiversidad; el gobierno en cabeza del Ministerio de Ambiente se comprometió que, a 2030, los territorios Indígenas de la Amazonía colombiana sean reconocidos como áreas de conservación indígena asegurando la conectividad biocultural. Entre otros Acuerdos concertados, en la sesión No. 95 de la Mesa Regional Amazónica -MRA- (agosto, 2024), el Gobierno nacional se comprometió a orientar la planificación e implementación de la Política Ambiental de Estado para la Amazonía colombiana (Acuerdo MRA, #74); y promover acciones para la conservación de la diversidad biológica y buen uso de los ecosistemas estratégicos del país.