Día Internacional de los Pueblos Indígenas

En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, honramos los conocimientos y las narrativas indígenas amazónicas

En ocasión a la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas y la Semana de los Pueblos Indígenas que se celebra en Colombia durante los días 8 y 9 de agosto, honramos la vida y la palabra de nuestros abuelos, resaltamos las vivencias, las resistencias y memorias de nuestros pueblos amazónicos, su historia y su acervo cultural, espiritual y comunicativo.  

Hemos escuchado muchas historias contadas por abuelos y narradores indígenas amazónicos, como la del abuelo Lucas Mergueiro del pueblo indígena Curripaco, portador del saber tradicional del tiro con flecha, un juego autóctono en el que artistas y artesanos indígenas exponen su creatividad y sus conocimientos sobre los elementos que les provee la naturaleza, en este caso palos y cañas silvestres color rojizo, amarillo con verde, extraídas de bosques cercanos a los ríos, raudales y caños, lugares donde se junta y se percibe la belleza y la magia de la naturaleza de la Amazonía colombiana, y que se han conservado gracias a los sistemas de conocimiento de los 64 pueblos indígenas que habitan la gran Selva. 

Los pueblos indígenas que habitan aproximadamente veintisiete millones de hectáreas, salvaguardan el 80% de la diversidad biológica de la tierra; estas comunidades sustentan su cultura en su Ley de Origen o Mandato Ancestral, son portadores de sistemas de conocimiento e idiomas, de su espiritualidad y ritualidad y su gobierno para el manejo equilibrado de sus territorios. Desde sus bancos de pensamiento los abuelos tradicionales mantienen sus conocimientos y lenguas maternas mediante la oralidad, palabra de vida para la trasmisión de la cultura y de las tradiciones a las nuevas generaciones. 

Pero, en la historia contemporánea, estos pueblos han atravesado problemáticas y circunstancias, que han afectado su territorio y sus formas de vida. La vulneración sistemática de sus derechos ha sido constante, han padecido distintas formas y épocas de invasión y colonización, entre las más violentas: las caucherías, la explotación de recursos forestales, minerales y energéticos en su territorio lo cual ha puesto en riego y ha afectado el ambiente y sus sitios sagrados, indispensables para mantener el equilibrio territorial. 

Otro flagelo sufrido por estas comunidades ha sido el desarrollo del conflicto armado colombiano, asociado a fenómenos como el narcotráfico y la expansión agroindustrial sobre sus territorios, causando, a su vez, desplazamiento, desintegración cultural y riesgo de exterminio cultural, según diferentes Fallos de la Corte Constitucional (Sentencia T-025 de 2004; Auto 004/ 2009.Tambien han afrontado diversas manifestaciones discriminatorias, de abandono y exclusión por parte de la institucionalidad y la sociedad colombianas.

Sin embargo, pese a estas problemáticas los pueblos indígenas amazónicos aún mantienen sus sistemas de conocimiento, gracias a los cuales se preserva y mantiene el potencial ecológico del Bosque Amazónico que abarca el 68% de los bosques del país. Han mantenido sus lenguas, su medicina tradicional, sus artes y sus tradiciones especialmente artesanales y agrícolas, mediante la Chagra, la recolección de frutos, la pesca y la caza, con base en sus calendarios ecológicos, formas de comunicación y técnicas ancestrales como la cestería, la navegación y comunicación fluvial, la preparación del mambe y ambil como remedios, el rayado y secado de yuca para hacer la fariña y el casabe, y la diversificación agrícola y alimenticia con variedades de plantas (yucas, ajís, plátanos, palmas, frutas, patatas, carurú y otras especias saborizantes).  

En lo ambiental gracias al cuidado y manejo ambiental y espiritual del territorio por parte de los pueblos indígenas amazónicos, la selva provee oxígeno y ayuda a la regulación climática del mundo, absorbe gran parte de los gases de efecto invernadero, suministra y almacena la mayor cantidad de agua dulce y, entre otros servicios, genera los mayores procesos de polinización, etc. Nuestra selva amazónica colombiana, cuidada milenariamente por los 64 pueblos indígenas, alberga una diversidad biológica extraordinaria, con unas diez mil especies de flora, casi trescientas endémicas, unas doscientas especies de anfibios, igual número de mamíferos y de réptiles, unas mil especies de aves, cuatrocientas de peces de agua dulce y unas cien de algas y microalgas.     

Nuestros pueblos mantienen vivas tradiciones como los juegos autóctonos de tiro y flecha, como lo cuenta Luis Guillermo Mena, comunicador propio del pueblo Curripaco, “cuando yo era niños, hace por lo menos unos treinta años observaba como mi abuelo Lucas con un cuchillo le daba forma al palo y le colocaba plumas y punta de piedra o huesos de animal a la caña silvestre, que es lo que conocemos como el arco y la flecha. A medida que crecía, él me enseñaba su significado, para que servían y cómo se utilizaban. También me enseñaba como se hacían estos instrumentos, ya que en ese tiempo no se usaban armas como las que hoy en día se utilizan para cacería (la escopeta, la malla, el arpón etc.)”. 

Los pueblos indígenas portan, recrean y narran diversas y fantásticas mitologías o historias de origen, entre ellas la de pueblos indígenas que provienen de Ipanore, lugar sagrado donde tuvo lugar su origen y de allí poblaron territorios ancestrales de selva, de allí también vienen sus conocimientos y sus artes, sus músicas, sus bailes autóctono e implementos para los rituales. 

Tanto los primeros recorridos de Ipanore como muchos otros que realizaron los pueblos amazónicos, en sus orígenes, ocurrieron en un tiempo geológico y mitológico muy lejano del bosque tropical amazónico, cuando la gran Anaconda ancestral realizó sus arrastres por la maraña, su forma era la de una Canoa muy grande en donde parecían caber todos los seres que, entonces, existían o se creaban en aquellos lugares selváticos que la Anaconda preveía recorrer. Pero ese viaje duraría muchos años, porque en el camino, la gran Boa trazó los ríos que hoy corren por la Amazonía, le dio a cada pueblo indígena un tramo de territorio alrededor de los afluentes o ríos que ella creaba, que a su vez les servían para comunicarse. 

Así, cada pueblo de la Amazonía narra sus mitologías e historias de origen y las trasmiten de generación en generación: sus sistemas de conocimiento y formas de comunicación propia han sido fundamentales para la pervivencia cultural ante tantas circunstancias adversas, han sido alicientes para sus procesos de resistencia y de resiliencia que hoy les mantienen con sus culturas, tradiciones y narrativas vivas.