EL 12 de octubre los pueblos indígenas de la amazonia colombiana seguimos resistiendo.

“Día de la raza”, así se le ha denominado en los libros de historia a la invisibilidad y ausencia de registros fehacientes que describan la magnitud del que bien podría denominarse genocidio de los Pueblos Indígenas de América; genocidio que aún hoy se perpetúa en nuestros territorios, utilizando estrategias de discriminación, desterritorialización y empobrecimiento.

Las espadas se cambiaron por las armas y los megaproyectos, reproduciendo la huella cruenta e irreversible de la muerte que nos aboca a nuestra inminente desaparición.

Y es que lo ocurrido en las Américas hace más de quinientos años, siglos después, a través de mandatos internacionales en materia de Derechos Humanos, se reconocería como crímenes de lesa humanidad; sin lugar a dudas, los conquistadores merecerían hoy ser juzgados como autores de delitos atroces, tal vez de los más graves registrados por la humanidad.

Intentar esconder esta realidad en la reivindicación de la diversidad es, sin temor a equívocos, profundizar una mascarada camuflajeada en actos carentes de la verdad, esa de la cual estamos tan necesitados, esa que permitiría plantearnos como un pueblo que se reconoce desde su sangre primigenia y ancestral.

Los Pueblos Indígenas de la Amazonía colombiana, consideramos absolutamente indispensable transformar los paradigmas que han fundamentado, incluso, la construcción de nuestro país. Creemos que una narración inverosímil en la que, de manera desafortunada, se enaltece al asesino, saqueador, violador, esclavizador y responsable de la desaparición de pueblos completos, debe cambiarse buscando el reconocimiento de lo que somos, nuestros orígenes ancestrales, lo que éramos y somos a pesar de la conquista.

Desde la OPIAC hacemos un llamado a la descolonización de la historia, la renovación de la palabra escrita y enseñada en las instituciones educativas, medios de comunicación y espacios públicos y privados. Es momento de reivindicar nuestros orígenes a través del reconocimiento de los 112 Pueblos Indígenas que existen en Colombia y de los cuatro grupos étnicamente diferenciados de nuestro país, materializando el espíritu del constituyente primario al reconocer en 1991, la diversidad étnica y cultural como elementos fundantes de nuestro país e indiscutiblemente como un requisito para la paz.

ORGANIZACIÓN NACIONAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE LA AMAZONÍA COLOMBIANA

COORDINACION DE DERECHOS HUMANOS Y PAZ

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