Durante la COP22, líderes indígenas instaron a los gobiernos para fortalecer los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades forestales como soluciones climáticas para proteger el ambiente de los efectos del calentamiento global,
Líderes de África, América Latina y el Sudestede Asia señalaron que existen brechas significativas entre los compromisos internacionales adquiridos por los gobiernos en el marco de las conferencias globales y el accionar que tienen los mismos en los entornos locales, en los que las políticas y acciones en favor de las actividades extractivas son predominantes.
MARRAKECH (17 noviembre de 2016) — Mientras los ministros de gobierno que asistieron a la COP22 negociaban sobre las estrategias de implementación de los Acuerdos de París, los líderes indígenas provenientes de las naciones forestales advirtieron a los gobiernos que las estrategias y planes de inversión millonaria para mitigar y frenar el cambio climático, afectarían de sobremanera a los pueblos indígenas de África, América Latina y el Sudeste Asiático, si ellos no participan del diseño de los mecanismos y si no se obtiene su consentimiento.
Adicionalmente, los líderes indígenas realizaron un llamado a los gobiernos de sus países para que emprendan acciones en favor del fortalecimiento de los derechos territoriales colectivos de los pueblos indígenas como estrategia para cumplir con los compromisos de conservación de sus bosques—que constituye la mayor contribución de las naciones forestales a lucha contra el cambio climático.
En una serie de presentaciones en el Pabellón Indígena de la conferencia sobre el cambio climático de la ONU en Marrakech, los líderes indígenas también hicieron un llamamiento a sus gobiernos nacionales para que fortalezcan los derechos territoriales comunales como estrategia para cumplir con los compromisos de conservación de los bosques -la principal contribución que los gobiernos forestales están haciendo al esfuerzo mundial para frenar el cambio climático.
«Nuestros gobiernos no pueden venir a Marrakech y decir que van a proteger los bosques, y luego ir a sus casas y despedir a los derechos de las mismas personas que se han hecho responsables de mantener a los bosques de pie», dijo Sonia Guajajara, líder de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB).
Guajajara citó los esfuerzos actuales de funcionarios gubernamentales en Brasil para revertir décadas de avances en el reconocimiento de los derechos indígenas a los territorios tradicionales, lo que ha permitido a los pueblos del bosque desempeñar un papel significativo en el éxito del país en frenar la deforestación. Pero señaló que las soluciones actualmente en discusión en Marrakech podrían empeorar la situación de los pueblos indígenas en todo el mundo, si no se corrigen.
Según los líderes indígenas, el Fondo Verde del Clima de las Naciones Unidas de US $ 10.000 millones hasta ahora no promueve Y no ha insistido en que los gobiernos nacionales reconozcan y respeten los derechos a las tierras de los pueblos indígenas, así como las normas sobre el consentimiento libre, previo e informado para cualquier proyecto que afecta a las comunidades indígenas y locales.
NECESIDAD DE SALVAGUARDAS EN LA APLICACIÓN DE SOLUCIONES CLIMÁTICAS
«Con base en las experiencias de los pueblos indígenas de todo el mundo está claro que necesitamos salvaguardias sólidas para evitar que algunas de las soluciones climáticas tengan un impacto terrible en las personas que ya son los mejores guardianes de nuestros recursos naturales», dijo Tauli-Corpuz en una reunión informativa organizada por Conservación Internacional.
Citó el caso de una planta hidroeléctrica en Honduras como ejemplo de una «solución climática» que se estaba construyendo contra la voluntad del pueblo lenca, y que llevó al asesinato el año pasado de Berta Cáceres, una de sus líderes. “Cuando hablé con un portavoz de la compañía, dijo “pero esto es una solución al cambio climático”, relató Tauli-Corpuz. “Es inaceptable que los pueblos indígenas sean asesinados mientras luchan por una solución al cambio climático que destruye su medio ambiente».
En un taller a principios de esta semana en Marrakech, líderes indígenas de las naciones boscosas de África, América Latina y el sudeste de Asia aprendieron de los obstáculos que enfrentarían en proponer proyectos propios para el Fondo Verde para el Clima.
“Los fondos tienen que beneficiar realmente a los que conservan los bosques y estos son los pueblos indígenas y comunidades locales,” dijo Edwin Vásquez, coordinador general de la Coordinadora Indígena de Organizaciones de la Cuenca Amazónica (COICA). «Ellos tienen a los pueblos y organizaciones indígenas como los mejores aliados ya que fueron hasta el momento los protagonistas de la conservación y enfriamiento del clima. Eso lo demuestran hoy estudios científicos -que los territorios indígenas son mejor y más conservados que las áreas naturales protegidas.»
Cada propuesta costaría unos US $ 350.000 para prepararse, se les dijo, y la aprobación tomaría entre 18 y 24 meses. Un requisito podría poner a los grupos indígenas y de comunidades locales en una posición incómoda y de indefensión dijo Gustavo Sánchez, de la Alianza Mesoamericana para Pueblos y Bosques y dirigente de Red Mocaf, una organización sin fines de lucro de comunidades forestales tradicionales en México.
De acuerdo con las directrices establecidas por la junta directiva del Fondo Verde para el Clima, los grupos indígenas deben pedir una carta a sus gobiernos en la que expresarían que “no tienen objeción» a los proyectos que los grupos indígenas proponen.
Pero estas son las mismas agencias gubernamentales a las que los líderes indígenas en ocasiones deben resistir para hacer contrapesos para proteger a las comunidades locales de los planes que destruirían sus bosques y su modo de vida tradicional, dijo Sánchez.
«Esta situación dará a las agencias gubernamentales una ventaja injusta en la negociación con nosotros», dijo Sánchez. «Y el tiempo y el dinero necesarios para obtener la aprobación de un proyecto ofrece una solución muy lenta a un problema que es claramente de gran urgencia».
Adicionalmente a lo anterior, Sanchez valle indicó que en la COP22 flota la incertidumbre tanto entre gobiernos, iniciativa privada y sociedad civil, por lo que sucederá con la nueva administración estadounidense respecto al acuerdo de parís.
CRECIENTE CUERPO DE EVIDENCIA CIENTÍFICA DEMUESTRA QUE LOS PUEBLOS INDÍGENAS SON UNA SOLUCIÓN CLIMÁTICA
Vásquez señaló que a pesar de la evidencia de que derechos territoriales fuertes permiten a los pueblos indígenas y a las comunidades superar a todas las otras estrategias de manejo de tierras, sólo 21 de 188 países incluyeron a los pueblos indígenas en sus planes nacionales para reducir las emisiones de carbono, como lo proponen los Acuerdos de París.
Investigadores del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la Iniciativa de Derechos y Recursos (RRI) presentarán nuevos hallazgos en eventos separados hoy y mañana en la COP22 que sugieren el enorme riesgo para los objetivos económicos y ambientales si las soluciones climáticas fallan en proteger a los derechos de los pueblos indígenas a sus bosques.
Un informe elaborado por investigadores de RRI, WRI y Woods Hole Recearch Center revela que al menos una cuarta parte del carbono almacenado sobre el suelo en los bosques tropicales del mundo se encuentra en los territorios gestionados de manera colectiva por pueblos indígenas y comunidades locales. Y las tierras comunitarias contienen al menos 54 546 millones de toneladas métricas de carbono (MtC), lo que equivale a cuatro veces el total de las emisiones globales de carbono en 2014.1
El análisis publicado por primera vez a principios de noviembre, señala que una décima parte del carbono total contenido en el suelo en los bosques tropicales (22.322 MtC) se encuentra en bosques gestionados de forma colectiva, pero que carecen de reconocimiento legal formal.
«Sin derechos seguros, las comunidades indígenas y sus bosques corren el riesgo de una expropiación injusta y la captura de intereses más poderosos», dijo Mina Setra, líder de la Alianza de Organizaciones Indígenas del Archipiélago (AMAN, de Indonesia). «Esto significa que nuestros pueblos están en riesgo de ser desplazados, cuando esto suceda, ya no habrá nadie para proteger los bosques e impedir la liberación del carbono a la atmósfera».
Los líderes indígenas dicen que los compromisos voluntarios de los gobiernos para conservar a los bosques pueden no ser suficientes para influir políticas de desarrollo que históricamente han hecho daño al ambiente.
Vasquez y sus compañeros sostienen que los objetivos de reducir el cambio climático sólo pueden alcanzarse si los gobiernos se asocian con sus pueblos indígenas, un argumento que es reforzado por las nuevas conclusiones publicadas recientemente por WRI.
La deforestación aporta el 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo y el 58% sólo en América Latina. El estudio de la WRI encontró que en los bosques tropicales donde se reconocían y protegían los derechos de tierras indígenas y de comunidades locales tasas de deforestación eran dos o tres veces más bajas que en otros lugares de Bolivia, Brasil y Colombia.
La nueva investigación, publicada el mes pasado muestra que asegurar la tenencia de los bosques indígenas y de comunidades locales es extraordinariamente rentable, lo que sugiere que realizar inversiones de unos pocos dólares por hectárea en los bosques de pueblos indígenas y de comunidades locales, puede generar millones de dólares en beneficios climáticos, así como de otra índole.
Los autores de dicha investigación calcularon el valor económico de los beneficios del carbono y otros servicios ecosistémicos de las tierras indígenas aseguradas en la Amazonia y encontraron miles de millones de dólares en valor, incluyendo entre 54 y 119 mil millones de dólares en Bolivia, entre $523 mil millones a $1,165 billones en Brasil y entre $123 a $277 mil millones en Colombia; en los próximos 20 años, al tomar en cuenta los beneficios globales del carbono y los servicios ecosistémicos como el agua limpia, la retención del suelo, la polinización, la biodiversidad, el control de las inundaciones y las tarifas de recreación y turismo.
Los números son aún más asombrosos porque los costos para asegurar los derechos territoriales indígenas en la Amazonía son sólo unos pocos dólares por hectárea de bosque por año, menos del 1% de los beneficios económicos totales.
LOS GRUPOS DE CONSERVACIÓN DEBEN COMPROMETERSE A COLABORAR CON LOS PUEBLOS FORESTALES
Tauli-Corpuz señaló que las organizaciones de conservación que tienen más probabilidades de querer servir como socios de los pueblos indígenas tienen una historia de ver a las comunidades tradicionales como un obstáculo para la conservación.
«Los proyectos apoyados por las principales organizaciones de conservación siguen desplazando a las poblaciones locales de sus hogares ancestrales», dijo Tauli-Corpuz, quien publicó un estudio sobre el tema a principios de este año. «A pesar de las nuevas políticas y promesas de tratar a los Pueblos Indígenas como socios de conservación y obtener su Consentimiento Libre, Previo e Informado, estas organizaciones aún tienen un largo camino por recorrer en cuanto al respeto a los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas”, añadió Vasquez, «Entonces la crisis climática debe ser enfrentada de la mano del conocimiento ancestral de los pueblos.»
FUENTE: COICA